No vi el partido Perú - Uruguay. Me rebalsó la patraña generada en torno a todo este circo que es el fútbol. Nadie hace nada por el friaje en Puno, denle fútbol; El servicio en ESSALUD es de pésima calidad, más fútbol; No tenemos políticos honrados… ¡MÁS FÚTBOL!

Me contaban que una niña de 12 años le preguntaba a su madre, durante un viaje a la Argentina, por qué la publicidad de una gaseosa tóxica era exactamente igual a la que pasaban en Lima. Era esa en donde te quieren mover el alma diciéndote que la marca es como tú, siente como tú y casi que es una persona que alienta contigo en la cancha ¿qué no estaban con NUESTRA selección? ¿Qué acaso no hicieron lo mismo con esa historia de Lesoto? Y todavía para mayor concha hicieron un detrás de cámaras para mostrarte la genial idea de vendernos productos totalmente despersonalizados, mediante comerciales copy paste y engañándonos de que es la máxima personalización enlatada ¡Maravilloso!

Bravo por la niña, jalado el resto.

Por eso no vi el partido, estoy harto que quieran manipular mis emociones para venderme pintura, chela o muerte líquida. Alguien que me diga cuándo el marketing pasó de buscar satisfacer aquello que realmente necesito a querer manipular mis emociones para venderme aquello que no ¿No es mentir eso?

Para peor un publicista me hacía ver como, sabiendo que es difícil que nuestra selección clasifique, los comerciales ya no hablan de clasificar o ir juntos al mundial sino apelan a nuestra alma de hincha, a la emoción de ir al estadio y alentar a nuestro equipo, al sentimiento que nos puede llevar a viajar por costa sierra y selva para llegar a dejar la garganta en la tribuna durante 90 minutos.

Yaaaa ¿en dónde alientan así? ¿Quién sale afónico del estadio en este país? Y es por esto que escribo este post.

Según lo veo el peruano es el expectador más pecho frio que existe en lo que Yo conozco de Sudamérica. Escuchen los partidos del torneo local por la tele y lo que más suena es la corneta esa que dice TUN… TUN…TUNTUNTUN (BIS). Punto. Para la selección la gente sólo sabe decir PE RU TATATAN PE RU. No se canta más y dura por lo general los primero 10 minutos, y eso. Luego el silencio es sepulcral. Falta ofrecer tacita de café a lo Doña Florinda.

Deberían hacerle una encuesta a los jugadores profesionales preguntando en qué ciudades es más difícil jugar por la presión de los hinchas y verán que el Perú ni figura. Acá no vamos al estadio a ver a Perú, vamos aver a Messi. Si me lo preguntan, deportivamente hablando, ese conchesumadre no debería salir vivo de una cancha en este país. Ese es el temor que un visitante debería sentir. No apoyo la violencia, apoyo la energía que puede emanar un ser humano (o un grupo de 60 mil espectadores en este caso) con un objetivo en mente y seguro que nada ni nadie le arrebatará lo que él proyecta como suyo en la mente. Eso se transmite e inspira miedo, respeto ¿vimos acaso esta actitud en jugadores e hinchas? No lo sé, no vi el partido con Uruguay.

Lo que me parece más patético es que se gasten en excusas burdas o elaboradas cuando es bastante obvio que se le exige algo al futbolista peruano que el peruano promedio no es: comprometido, honesto con valores profundos, con sentido de causa común más allá de su círculo familiar / amical ¿Cómo le exijo a un Farfán (o el siguiente habilidoso) que no salga a juerguear si Yo voy a jugar la pichanga por las chelas pre o post partido? ¿Cómo sorprenderse de un Pizarro que viene a ver sus caballos o pasear por los lugares que se reservan el derecho de admisión si la mayoría vive tratando de mostrarle a sus vecinos o colegas el siguiente gadget que se compró, la siguiente webada en la que gastó? ¿Alguien renuncia en este país por principios? Entonces ¿por qué lo tiene que hacer Burga? Ese pendejo es el fiel reflejo de la viveza criolla que muchos critican de la boca para afuera, pero 'el que no es conchudo muere cojudo' tatuado en el inconsciente.

El día que ceder el asiento en el bus sea la regla y no la excepción o cuando los tombos  ya no puedan pedir coimas porque la gente no paga, ese día tendremos alguna oportunidad.

Hay que hacer el trabajo profundo que nuestra sociedad necesita. Y eso se gana metiendo los goles en la educación de nuestra gente. Goles que lamentablemente estamos muy lejos de meter, asi como ir a los próximos mundiales.