Reencuentro con Benedetti
poesía y marihuana
porque eres mía/porque no eres mía/porque te miro y muero/y peor que muero/si no te miro amor/si no te miro
Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
Corazón Coraza, Mario Benedetti
Una de las sorpresas más comunes que se escuchan cuando alguien narra sus primeras experiencias con psicotrópicos es una híper agudeza sensorial. Dependiendo del tipo, la piel se vuelve más sensible, los sonidos más definidos, energía desmesurada, vemos aquellos detalles que pasan desapercibidos en la vida diaria. Nada como ver nubes en un estado alterado de conciencia. Cuando investigas entiendes que las distintas sustancias son llaves específicas de puertas olvidadas en nuestro cuerpo. Y digo olvidadas ya que la locura moderna nos desconecta con nuestras sensaciones y sentimientos. No son pues albañiles fabricantes de cosas que antes no existían sino químicos farmacéuticos manipulando el dispensario cerebral.
Una vez presentados, estos estados pueden ser evocados luego sin necesidad de alteraciones de conciencia. La intensidad no será la misma, pero hay disfrute en las sutilezas y el reconocimiento de cosas que antes no se sentían. Pueden haber también nuevas formas de ver y sentir cosas que no nos llamaban la atención. No es apología al consumo, es entender que así como el tabacco, el alcohol o la ayahuasca son alternativas válidas para otras sociedades, también lo son las sustancias prohibidas. El abuso, facilismo holgazán y la psicología propia trae el riesgo de la dependencia. Hay que irse con cuidado y conocimiento propio.
La excusa para consumir fue, como muchas veces, compartir con una amistad. De paso enseñar a rolear un buen troncho, porro, pitillo o como le llames. El uso de una punta de carton o ‘turbo’ para no quemarte los dedos con la última parte; lo crucial del diametro del cartón en definir el grosor que tendrá el cuerpo del troncho; como cerrar bien el papel; como no apretar tanto la marihuana para que ‘corra’ y no se te esté apagando.
Y lo maravilloso vino luego. Tal vez como agradecimiento a la lección mi amiga buscó el audio de ‘Poesía con los Jóvenes’ de Mario Benedetti en Youtube (http://www.youtube.com/watch?v=7LK-Z76f3-Q) y nos fundimos en el sofá para ser acariciados por su voz rugosa, de mate y tabaco.
No me acordaba bien de Benedetti y la experiencia de escuchar poesía era algo novedoso. El primer poema pasó desapercibido, no entendía muy bien qué hacer ni cómo se disfrutaba esto en claro síntoma que la ansiedad fumetística ganaba la partida, pero en el segundo poema, de pronto, una linea me hizo voltear la cabeza y la siguiente fue un recto al mentón. Me cambió la expresión del rostro y me acomodé noqueado en el sofá. Miré fijamente la imagen de Mario, como si estuviese vivo y contándome algo al oido y empecé a reconocer sentimientos y sensaciones recientemente vividas con la salvaje. Me aconsejaba como si mi abuelo hubiese sido el romántico empedernido que no sé si fue.
Me vi temblando y llorando a moco partido sin recoger mis lágrimas, estábamos en confianza. Mis labios temblaban haciendo que mis manos suban como reflejo para taparlos, el pudor daba batalla. Bruscamente soltaba carcajadas cuando el humor sutil finalmente hacía su aparición en el razonamiento lento, pero caía en la melancolía poco después ante la ternura de las frases. No me sentía mal, solamente estaba totalmente en contacto con mis sentimientos.
Cuando me dijo 'porque te escondes dulce en el orgullo' me ayudó a entenderla mejor y luego 'y aunque/ la noche pase y yo te tenga/ y no' recordé que tal vez le pido algo que no pueda dar en esta etapa de la vida o tal vez sea el miedo al cambio lo que la tiene un poco frenada.
P.S. a cualquier persona con dificultades psicológicas recomiendo que no consuma sustancias de ningún tipo (incluyendo alcohol) a menos que sienta que su vida se encuentra lo suficientemente balanceada como para poder afrontar el cambio anímico intempestivo que puede suceder. Luego de escribir este post caí en una depresión de 2 días por el simple hecho de haberme fumado un troncho pequeño entre dos personas. No comprendo bien si es la abstinencia de un cuerpo que recuerda días de mayor consumo o los efectos propiamente depresores de la marihuana (sí, la marihuana es un depresor así como el alcohol). El bajón viene 1 o 2 días después cuando el fuerte del THC deja el cuerpo y suele durar 1 o 2 días que no son agradables. El síntoma principal es mucha ansiedad, poca atención y una particular capacidad para agrandar los problemas más allá de lo evidente. Evitar enviar correos o tomar decisiones trascendentales en ese momento.
Las cosas como son.